Agotamiento Emocional Crónico Asociado al Estrés.
Cerebros “quemados”:
Cada vez más argentinos se ven afectados por el estrés
Los jóvenes de 18 a 24 años sienten el mayor impacto, en el inicio de su vida económicamente activa.
Los niveles de estrés y de frustración entre los argentinos va en aumento. Según un informe privado, seis de cada diez personas consultadas admiten no estar satisfechas con su vida y los más jóvenes son los tristes protagonistas de esta preocupante tendencia.
Las frases que se escuchan cada vez con más asiduidad entre ellos son “ Estoy quemado/a”
El estudio denominado “Felicidad y Burnout” fue realizado por la Universidad Siglo 21. Una de las mediciones que surge al analizar las respuestas expone un alto índice de cansancio en el segmento económicamente activo de la población: tres de cada diez personas afirmaron haber experimentado niveles de agotamiento emocional crónicos asociados al estrés.
Los resultados confirman la tendencia observada en el mismo relevamiento que la institución efectuó hace un año, cuando entraron en juego las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y las restricciones derivadas de la emergencia sanitaria.
El informe presenta un análisis comparativo de los últimos cuatro años sobre los niveles de burnout –o estrés crónico– y de los parámetros de felicidad en los argentinos. De acuerdo con lo relevado, los argentinos son cada vez menos felices. Solo el 40,2% de las personas se sienten satisfechas con su vida, lo que representa una caída de más de 10 puntos porcentuales respecto del mismo muestreo realizado en 2020.
Hay un dato que genera preocupación. Son los más jóvenes, de entre 18 y 29 años, los que manifestaron encontrarse en los niveles más bajos de felicidad y los más altos de estrés crónico. Esto es: los hombres y mujeres que comienzan su vida económica activa están menos satisfechos con sus vidas y, a su vez, se sienten “quemados y quemadas”.
El bienestar es un requisito indispensable para trabajar de forma productiva, desarrollar el talento y afrontar el estrés cotidiano.
Por ello, esta medición advierte sobre las consecuencias que puede generar no prestarle atención a esta problemática. Lo emocional no es considerado un recurso estratégico para el desarrollo del país y eso debe cambiar. Se necesitan acciones sistemáticas por parte de las organizaciones, empresas e instituciones educativas orientadas a promover el bienestar y la felicidad de la población”, analizó Leonardo Medrano, vicerrector de Innovación, Investigación y Posgrado de Universidad Siglo 21 y responsable del estudio.
El impacto del trabajo
Tres de cada diez argentinos dice sentirse muy estresado en el último año. Los datos dan cuenta de que esta situación crece año tras año: un 27% siente que “no puede relajarse después del trabajo” y que “se encuentra tan cansado que no puede realizar otras actividades”, en tanto que un 27,6% expone que “cada vez le cuesta más trabajo iniciar una nueva jornada laboral”. Estas mismas mediciones se situaban en alrededor del 21% en 2019 y mostraron un salto de dos puntos por año: 23% en 2020, 25% en 2021 y 27% en 2022.
La depresión, el burnout y la frustración son directamente proporcionales con la suba de dos indicadores sociales emergentes de las crisis económicas: el menor nivel educativo y los ingresos salariales más bajos.